CRISIS
ESTRUCTURAL
DEL
CAPITAL: Efecto
Tango.
Efecto
Samba.
Efecto
Tequila.
El
Caracazo.
Movimiento
de
los
Indignados.
Iberoamérica
está
unida
por
diversas
características
propias
de
sus
pueblos,
el
idioma,
su
caracter
jovial,
espontáneo
y
jocoso.
Pero
no
sólo
nos
unen
las
sonrisas
y
los
chistes,
tambien
estamos
marcados
por
una
serie
de
acontecimientos,
que
aunque
se
desarrollaron
a
muchas
millas
de
distancia
uno
del
otro
y
en
elgunas
ocasiones
con
varios años
de
diferencia,
todos
estan
definidos
por
un
elemento
común;
capital.
El
capital
ha
sido
el
sustento
de
las
trasnacionales
a
lo
largo
y
ancho
del
orbe
fluctuando
entre
las
economías
y
haciendo
vulnerable
a
los
pueblos
que
dependen
de
políticas
económicas
y
sociales
que
no
siempre
favorecen
a
las
clases
bajas
economicamente
hablando;
sin
embargo,
el
protagonismo
del
capitalismo
no
es
exactamente
positivo
en
la
economía
mundial.
Hemos
sido
testigos
de
la
debacle
de
un
sistema
que
aguanta
como
mejor
puede
adquiriendo
deudas
nuevas
para
pagar
otras
viejas;
hemos
visto
como
se
debilitan
las
economías
de
los
paises
vecinos,
devaluando
sus
monedas
y
encareciendo
sus
productos
para
sustentar
un
modelo
de
producción
que
se
cae
a
pedazos
ante
sus
ojos
y
que
sirve
de
plataforma
para
enriquecer
a
unos
pocos
y
empobrecer
a
millones.
El
Efecto Tango en Argentina, el Efecto Samba en Brasil, el Efecto
Tequila en México, son ejemplos de la crisis de finales de los 90
que se experimentó en el mundo. Esta crisis inició en Asia con el
efecto dragón y se contagió a los demás paises en muy poco tiempo
siendo conocida como “la
primera
crisis de
la
globalización.”
una crisis provocada por un virus llamado inversión internacional
desmedida que ha ocasionado la misma consecuencia en todos los paises
a su momento. Este fenómeno no sólo se ha producido en
latinoamérica, España fue testigo de una protesta pacífica que se
extendió por todo el país, conocida como el movimiento de los
indignados. Venezuela no escapó a esta condición, no debemos
olvidar el caracazo; el estallido social que nos hizo famosos por
algo más que el petróleo, el valor de un pueblo cansado de ser
humillado e ignorado.
En
cada momento los paises de Iberoamérica se han visto envueltos en un
sin fin de promesas de desarrollo, consumo, producción y evolución
industrial y económica que siempre ha terminado en la desesperación
de miles y miles de padres de familia que intentan buscar el pan
diario para sus hijos.
La
receta se ha repetido una y otra vez llegando inexorablemente al
fracaso y la desolación de quienes confiaron en un porvenir que les
brindaría un lugar en la lista de paises desarrollados y buen
ingreso de divisas extranjeras; y es muy propicio mencionar que el
postre de esta receta del desastre y la inestabilidad económica, “el
mesías” de las crisis del capital ha sido siempre el Fondo
Monetario Internacional, cuya solución consiste siempre en una
inyección fuerte de capital extranjero para iniciar el pago de
deudas, liberación de precios de bienes y servicios y libre comercio
exterior; todas estas condiciones impuestas por el ente salvador de
todas las crisis, benefician sin lugar a dudas a quienes tienen
cuentas engrosando en el exterior, que son precisamente quienes no
miran a los lados para ver si su pueblo necesita un poco de ese
dinero que debería ser de todos y que se lo queda quien mejores
contactos tiene.
Basta
de que el pez grande engulla al pequeño simplemente porque puede, la
vía al desarrollo está en una economía autosustentable que permita
elaborar productos de primera calidad y dejar de ser de una vez por
todas la mano de obra y la materia prima; seamos exportadores de
productos derivados de aquello que mas abunde en nuestro país, sea
cual fuere nuestra ubicación geográfica. El resultado será un
mundo más sano, que valore el esfuerzo y el trabajo de los demás y
fomente la competencia sana en el mercado. La calidad de vida se
impondrá y el respeto a los demás vendra por añadidura.
Jesser Jack González
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